Continuando con los grupos de pruebas que pertenecen al perfil, también se encuentran:

Pruebas indicadoras de colestasis La FA es una enzima que pertenece a este grupo, se encarga del transporte de metabolitos a través de membrana y se encuentra en distintos sitios como hígado, riñón, hueso, placenta y mucosa ileal. Por lo que su elevación se puede vincular a patologías en los órganos antes mencionados o incluso se ve un aumento en pacientes normales como adolescentes (fase de crecimiento) y embarazadas. Por lo que para determinar si su origen es hepático se determina la GGT, esta enzima se encarga de catalizar la transferencia de grupos glutamil a aminoácidos libres, la elevación simultanea de la GGT con la FA sugieren un estado colestásico.

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  • Pruebas metabólicas

A este grupo pertenece la bilirrubina, que es un metabolito resultante de la degradación del grupo hemo de la hemoglobina, diariamente se producen aproximadamente 250 a 350 mg de bilirrubina, de los cuales el 85% proviene de la destrucción de eritrocitos en bazo. La bilirrubina no conjugada (o indirecta) es la que se forma inmediatamente después de la destrucción de eritrocitos y es transportada por la albúmina a hígado para que sea convertida en bilirrubina conjugada (o directa) y eliminada por vía biliar. La elevación de los niveles de bilirrubina total (directa + indirecta) junto al incremento de bilirrubina directa, indican necrosis hepática o colestasis. Mientras que la elevación de la bilirrubina total junto con la indirecta indica hemólisis, eritropoyesis ineficaz o errores del metabolismo.

  • Pruebas que evalúan la síntesis proteica

La albúmina es una proteína sintetizada en hígado que se utiliza en la evaluación de la capacidad de síntesis de este órgano, su principal función es el transporte de sustancias tanto endógenas como exógenas y tiene una vida media de 19 a 21 días, dada su vida media larga no es un marcador sensible de síntesis hepática en un fallo agudo del hígado. Su disminución se vincula a la destrucción masiva del tejido hepático por lo que es un factor pronóstico de cirrosis, también se puede encontrar disminuida en la desnutrición, síndrome nefrótico, enteropatías o trastornos hormonales.

El tiempo de protrombina se considera el método más sensible para evaluar la función hepática en comparación a la albúmina, esto se debe a que esta vía es dependiente de los factores de la coagulación I, II, V, VII y X que son sintetizados en hígado y presentan vida media más corta. El TP se prolonga tanto en enfermedades hepáticas agudas como crónicas, pero se debe tener en cuenta que también puede ser por un déficit de vitamina K, tratamiento anticoagulante o coagulopatía de consumo.

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Por último, existe otras pruebas que se pueden emplear para el diagnóstico de enfermedades hepáticas como pruebas inmunológicas para búsqueda de autoanticuerpos, marcadores virales (principalmente de virus de la hepatitis), determinaciones de amoniaco, LDH, 5’nucleotidasa, ceruloplasmina, α-fetoproteína, prealbúmina, entre otras.

Referencias

Barba Evia, JR. (2019) Enfermedad hepática y laboratorio clínico. Rev Mex Patol Clin Med Lab. 66 (2): 81-99

Fernández Daza, E. et al. (2008) Aproximación al diagnóstico de enfermedades hepáticas por el laboratorio clínico. Med. lab. 14(11–12): 533–546.

Cortés, L. and Montoro, M. (2012). Datos de laboratorio: pruebas hepáticas alteradas, in Montoro Huguet, M. and García Pagán, J. (eds) Gastroenterología y hepatología; problemas comunes en la práctica clínica. 2nd edn. Jarpyo Editores, pp. 699–722